Inhala y Exhala. Ocurre el milagro. Emerge el fantasma de la digestión. Cuantas fosas nasales por recorrer!, pero el siempre implacable viento, y ese recipiente infinito que es el espacio difumina el alma del pequeño aire en millones de partículas sin dirección. Oh miserable vida de este pedo que no pudo ser. No encontró la nariz que lo hiciera vivir. Que reconociera en él la materia origen. Las miserias de ser solo alma.