El Matrimonio de mi primo

Se casó mi primo Carlos Andres. Zapatos y camisa nueva y los buenos oficios de un vestuario prestado fueron mi carta de presentación a esta celebración familiar. Primero la misa. Casi no puedo contener la risa pensando en el parecido de los santos con el video Like a Prayer de Madonna. Después esa paradera y sentadera. Al final preferí permanecer sentado, no podía soportar más ese abuso con el público. Creo que ha sido el servicio religioso donde más he demostrado mi desprecio por lo sagrado. Incluso mi hermana insinuo que si llegara a recibir la comunión, miles de buitres se posarían sobre mí. Un halago. El servicio fue rematado por el virtuosismo de una niña cantante (virtuosismo al mejor estilo kim Gordon) que con su desafinada interpretación dejo a los asistentes literalmente con los pelos de punta. Hasta el mismo dios puede llegar a cobrarle esta provocación en un futuro, y quién sabe, mandarla a hacer parte del coro infernal con otros como lennon o lenny kravitz en castigo.